Domaine de L'Iserand
Fue en Sècheras, en el corazón de la denominación de Saint-Joseph y antiguo feudo del Señor de Iserand, donde Jean-François Malsert creó Domaine de L'Iserand a partir de las tierras familiares antiguamente cultivadas por su abuelo.
Tras replantar y adquirir 1 hectárea de Syrah de 30 años, trabaja la agricultura ecológica y parte en biodinámica con 4 hectáreas de viñedos de Syrah, Gamay, Chasselas, Marsanne, Roussanne y Viognier.
Una parte de las cepas están plantadas en una ladera de la denominación Saint-Joseph con una densidad de entre 7 y 10.000 cepas / hectárea. El cabrestante, la tracción animal y el pico se activan para mantener el terreno inclinado. La otra parte se realiza en espaldera con una densidad de 5000 cepas / hectárea. El suelo se trabaja con tractor. Las vides se tratan con plantas, cola de caballo, ortiga, consuelda, manzanilla añadidas a bajas dosis de cobre y azufre.
La vinificación se realiza de forma sencilla, los tintos suelen ser de cosecha entera y el encubado es de una a dos semanas. Los blancos están en prensado directo aunque se realicen pruebas de maceración cutánea. A continuación, los vinos se almacenan en ánforas y semi-muids para una crianza de entre 6 y 18 meses.
"Lo importante es la fruta", dice el enólogo, que se compromete a las prácticas más respetuosas con la planta y el terruño.
Tras replantar y adquirir 1 hectárea de Syrah de 30 años, trabaja la agricultura ecológica y parte en biodinámica con 4 hectáreas de viñedos de Syrah, Gamay, Chasselas, Marsanne, Roussanne y Viognier.
Una parte de las cepas están plantadas en una ladera de la denominación Saint-Joseph con una densidad de entre 7 y 10.000 cepas / hectárea. El cabrestante, la tracción animal y el pico se activan para mantener el terreno inclinado. La otra parte se realiza en espaldera con una densidad de 5000 cepas / hectárea. El suelo se trabaja con tractor. Las vides se tratan con plantas, cola de caballo, ortiga, consuelda, manzanilla añadidas a bajas dosis de cobre y azufre.
La vinificación se realiza de forma sencilla, los tintos suelen ser de cosecha entera y el encubado es de una a dos semanas. Los blancos están en prensado directo aunque se realicen pruebas de maceración cutánea. A continuación, los vinos se almacenan en ánforas y semi-muids para una crianza de entre 6 y 18 meses.
"Lo importante es la fruta", dice el enólogo, que se compromete a las prácticas más respetuosas con la planta y el terruño.
