Château Rocheyron
Silvio Denz y Peter Sisseck, son los tres ases de Château Rocheyron, el nuevo proyecto que une a estos dos amigos con el objeto de ofrecer un gran vino de esta pequeña parcela que se encuentra nada más y nada menos que al lado del Grand Cru Château Laroque.
En 2010 Silvio Denz, copropietario de Clos d´Agon y Peter Sisseck compraron la propiedad.
Los viñedos de Château Rocheyron cuentan con cepas viejas de más de 80 años y una edad media de 45 años, de uvas merlot (en un 70%) y cabernet franc, las cuales se extienden por una superficie de 7,4 ha. sobre un suelo calcáreo muy particular y reputado, el terroir histórico de Saint-Émilion, capaz de producir vinos de los más grandes. Con estas cualidades, es difícil no esperar un vino extraordinario.
Sus viñedos están plantados en la meseta de Saint-Christophe-des-Bardes, compuesta por calcosoles sobre caliza astérica del Oligoceno inferior: un terruño famoso por su capacidad para producir vinos muy grandes.
La bodega es un pequeño castillo muy bonito y lleno de encanto, típico de los crus de Saint-Emilion que el visitante encuentra en Rocheyron, en el recodo del camino del Château Laroque. A su lado se encuentra su sala de cubas, completamente rehecha en 2011, equipada con pequeñas cubas de hormigón con la última tecnología.
En 2010 Silvio Denz, copropietario de Clos d´Agon y Peter Sisseck compraron la propiedad.
Los viñedos de Château Rocheyron cuentan con cepas viejas de más de 80 años y una edad media de 45 años, de uvas merlot (en un 70%) y cabernet franc, las cuales se extienden por una superficie de 7,4 ha. sobre un suelo calcáreo muy particular y reputado, el terroir histórico de Saint-Émilion, capaz de producir vinos de los más grandes. Con estas cualidades, es difícil no esperar un vino extraordinario.
Sus viñedos están plantados en la meseta de Saint-Christophe-des-Bardes, compuesta por calcosoles sobre caliza astérica del Oligoceno inferior: un terruño famoso por su capacidad para producir vinos muy grandes.
La bodega es un pequeño castillo muy bonito y lleno de encanto, típico de los crus de Saint-Emilion que el visitante encuentra en Rocheyron, en el recodo del camino del Château Laroque. A su lado se encuentra su sala de cubas, completamente rehecha en 2011, equipada con pequeñas cubas de hormigón con la última tecnología.