Amaren nació como vino con la cosecha de 1.995 dentro de Bodegas Luis Cañas para ser el gran vino de la bodega. El nombre cuyo significado es “De la Madre” en vasco, surgió a fin de homenajear a Ángeles, madre de Juan Luis Cañas, propietario y gerente de Bodegas Luis Cañas. Trabajadora incansable, dedicó su vida a las labores del campo y de la bodega hasta su fallecimiento.
Fue Amaren el primer vino pensado y elaborado en la bodega para situarlo entre los vinos más destacados del país. “El vino de la madre”, el vino de Ángeles. Es finalmente en el año 2009 cuando Juan Luis ve hecho realidad su sueño de dedicar una bodega a su madre. Amaren se independiza y se convierte en una bodega.
En el año 2014 se elabora por primera vez en sus propias instalaciones localizadas en Samaniego. Como característica principal se destaca que todas las uvas que se recepcionan en bodega son seleccionadas en sus 2 dobles mesas (racimos y granos) y que son elaboradas exclusivamente en depósitos de hormigón y tinos de madera, prescindiendo del acero inoxidable. Con ello, se consiguen vinos más estables, con mayor respeto por la fruta, mejor estructurados y mayor longevidad.
Desde sus comienzos con la cosecha de 1995, los vinos Amaren se han situado entre los grandes consiguiendo tanto a nivel nacional como internacional importantes premios e inmejorable críticas. Pero Bodegas Amaren no se conforma con ello y sigue realizando enormes esfuerzos para dotar a la bodega de las mejores uvas y de los mejores medios para la consecución de vinos que emocionen.
La casa cuenta con 22 hectáreas de viñas de más de 60 años y 30 hectáreas entre 30 y 60 años, repartidas en diversas parcelas que pocas veces llegan a ser de una sola hectárea y que cuentan con cepas de una media de edad tan alta que puede llegar hasta el centenar de años. Todas ellas, contienen la esencia del paso del tiempo y el inquebrantable curso de la naturaleza.