En el corazón de Pessac-Léognan, el Château Carbonnieux es una de las propiedades más antiguas y grandes de la región de Burdeos. Fundado en el siglo XIII por los monjes benedictinos de la abadía de Sainte-Croix de Burdeos, el Château Carbonnieux ha cultivado viñas sin interrupción. Su imponente arquitectura de estilo perigordano, que data de finales de la Edad Media, esconde un magnífico patio interior en medio de sus muros fortificados.
Siglos después, en 1956, Marc Perrin adquirió y restauró el antiguo château, el cual definitivamente recibió el título de Cru Classé en 1959. Posteriormente, Antony Perrin, su hijo, continuó con las mejoras y le dio al vino reputación internacional. Hoy en día son sus nietos, Eric y Philibert los que administran la propiedad familiar.
Situado a sólo 10 kilómetros de Burdeos, los viñedos del Château Carbonnieux se sitúan entre tierras ricas en suelos típicos de arcilla, piedra caliza y grava del Garona. En estos característicos terroirs se producen sólo los mejores vinos blancos cuya tipicidad es reconocida desde hace siglos. Clasificado como Graves, produce vinos tintos y blancos bajo la denominación Pessac-Léognan. Dividido casi en partes iguales entre las variedades blancas y tintas, dominan estas últimas con una superficie de 50 hectáreas, dejando 43 hectáreas para las blancas.
La reputación de los vinos de Château Carbonnieux se ha ido construyendo a lo largo de los siglos con la contribución de personas como Thomas Jefferson, el Sultán de Constantinopla y el monje Dom Galléas.