Sin duda, el gran mérito de Alfredo Arribas –arquitecto, viticultor y mentor de las joyas vinícolas de Clos del Portal– es haber impulsado un redescubrimiento del Priorato, con unos vinos donde la complejidad no está reñida con la frescura y que son capaces de seducir con su nobleza tanto a los bebedores primerizos como a los más exigentes y experimentados. Arribas inició su proyecto en el año 2001, recuperando viñedos en costers y bancales abandonados situados entre Bellmunt, El Molar y Lloar.
La finca cuenta con unas 40 ha, de las cuales 15 están plantadas con viña, sobre suelos de licorella (pizarra). Conviven las variedades autóctonas (garnacha –blanca y tinta– y cariñena), con algunas foráneas (principalmente syrah), con densidades de plantación superiores a 6.000 plantas / ha. La viticultura es orgánica. Cuenta con una bodega de arquitectura vanguardista, adecuadamente equipada para realizar vinificaciones que buscan la elegancia prescindiendo de levaduras foráneas y largas maceraciones.
Recientemente ha iniciado un nuevo proyecto, Vins Nus, consagrado a vinos naturales, obtenidos de los viñedos más remotos y singulares de Montsant y Priorat.