Tiagos
Adriano Tiago es un pequeño productor de Moscatel de Setúbal, el cuál elabora estos vinos tan especiales familiarmente desde hace muchos años. Para él son pequeñas joyas que solo vendía a nivel particular, pero ahora quiere empezar a darlos a conocer a nivel comercial. Los vinos de Tiagos son muy especiales y limitados.
Cuando en 1980 Adriano Tiago y su mujer Sália Tiago decidieron vivir en Quinta S. Tiago, en Palmela, continuaron una tradición familiar de elaboración de vinos durante generaciones. Cada mosto es único y estimula plenamente todos los sentidos, un aspecto exclusivo de esta casa, que año tras año presenta sistemáticamente sus moscateles, según una matriz muy específica, basada en la armonía entre alcohol, estructura, acidez y dulzor.
Y así, cosecha tras cosecha, tienen en la bodega, en barricas de roble y castaño, los moscateles que consideran los mejores exponentes de lo que la región puede dar y todo un símbolo de la forma de vivir de la familia.
La marca, Tiagos Moscatel de Setúbal Superior, resulta año tras año exclusivamente del perfil de vino de un pequeño viñedo de 0,7 ha en la ciudad de Palmela, a unos 200 m de altitud, a menos de 5 km del Océano Atlántico, con noches frescas y días calurosos en verano, lo que permite un fruto casi perfecto en cada cosecha.
Cuando en 1980 Adriano Tiago y su mujer Sália Tiago decidieron vivir en Quinta S. Tiago, en Palmela, continuaron una tradición familiar de elaboración de vinos durante generaciones. Cada mosto es único y estimula plenamente todos los sentidos, un aspecto exclusivo de esta casa, que año tras año presenta sistemáticamente sus moscateles, según una matriz muy específica, basada en la armonía entre alcohol, estructura, acidez y dulzor.
Y así, cosecha tras cosecha, tienen en la bodega, en barricas de roble y castaño, los moscateles que consideran los mejores exponentes de lo que la región puede dar y todo un símbolo de la forma de vivir de la familia.
La marca, Tiagos Moscatel de Setúbal Superior, resulta año tras año exclusivamente del perfil de vino de un pequeño viñedo de 0,7 ha en la ciudad de Palmela, a unos 200 m de altitud, a menos de 5 km del Océano Atlántico, con noches frescas y días calurosos en verano, lo que permite un fruto casi perfecto en cada cosecha.