Bodegas Toro Albalá nace en el corazón de la campiña cordobesa en el año 1922. Es la historia de un pequeño agricultor, José María Toro Albalá, que tuvo la genial idea de guardar vinos viejos para la creación de joyas enológicas destinadas a los paladares más exigentes.
Una filosofía que supo implantar en los valores familiares y que aún se conserva. Considerada una hazaña, teniendo en cuenta la situación de la época, y que ha servido para que los vinos de Toro Albalá estén en las mejores mesas de todo el planeta.
El legado de este bodeguero, inseparable de sus gafas, no es solo la creación de unas joyas enológicas con estilo propio sino una manera de entender la cultura del vino, rodeado de obras literarias, arqueología o pintura. Todo ello, sin olvidar el incesante aroma que dejan las barricas de amontillado que les acompañan. Sabe mantener la calidad de siempre y el sabor clásico. Su especialidad son los amontillados muy punzantes y los Don P.X. insuperables.
Los galardones obtenidos en las Bodegas Toro Albalá suponen un reconocimiento a su constancia en el oficio de la viticultura. La paciencia da unos frutos dulces, algo que sabe bien Antonio Sánchez dedicado a este oficio durante toda su vida. Este bodeguero cría los P.X. como si de sus descendientes se tratara. Los ha hecho crecer en las mejores condiciones para que tuvieran la personalidad suficiente cuando salieran de las bodegas, y poder estar presentes en las mejores mesas. Un trabajo de muchos años y, podemos decir, generaciones.
Con Don P.X. Convento Selección 1946 así lo afirmó el gurú del vino “Robert Parker” que no tardó en calificarlo con 100 puntos en su revista Wine Advocate. A partir de aquí podemos decir que hemos tenido un antes y un después en la marca Toro Albalá, al ser la primera vez que un vino dulce entraba en el Olimpo de los vinos. Valor incalculable en los mercados internacionales y nacionales que saben apreciar un vino inconmensurable. Criado con el mejor de los cuidados desde 1946 y que llega hoy a nuestras mesas con el sabor del tiempo.
La extensión del viñedo de Bodegas Toro Albalá es de unas 70 hectáreas en la finca denominada La Noria. Era aquí donde se situaba la primigenia bodega de 1844 y que fue trasladada a la actual sede en plena localidad cordobesa. Como es propio de esta zona de la campiña sus tipos de suelo son albarizas.
Albalá está considerada una de las 100 Bodegas de Oro españolas y se encuentra en las mejores mesas de todo el mundo.