Como cuidamos el vino

El vino se considera un producto vivo. Tras el embotellado, se producen reacciones físicas y químicas que modifican sus características (gana cuerpo, aromas, sabor, estructura...) y que conocemos como evolución del vino en botella.

Para que este proceso se desarrolle correctamente son fundamentales aspectos como la temperatura, humedad o posición de las botellas.

En general, los cambios bruscos de temperatura pueden arruinar las características organolépticas del vino. Además, un calor excesivo puede dilatar la botella, lo que provocará una mayor entrada de oxígeno en la botella y acelerará su oxidación. La falta de humedad seca y encoge el corcho, con idéntico resultado. Conservar las botellas en posición horizontal mantiene el corcho húmedo y permite la microxigenación (esto es, la entrada de una pequeña cantidad de oxígeno en la botella a través de sus poros). 

La luz también favorece una oxidación prematura. Por su parte, el ruido es otro aspecto que conviene evitar: las vibraciones agitan partículas y sedimentos y enturbian el vino (especialmente, los de mayor edad, que suelen presentar más posos). También pueden provocar fatiga en el vino, que se mostrará más apagado.

El vino es nuestro bien más preciado y, por eso, prestamos máxima atención a su origen y conservación. Desde nuestra fundación, en 1999, cuidamos la atención al cliente con un equipo formado por sumilleres o enólogos titulados; apostamos por vinos de todo el mundo y dedicamos especial atención a los pequeños productores, las zonas emergentes, la viticultura respetuosa con el medio ambiente...

Los vinos que ofrecemos son minuciosamente seleccionados por nuestro comité de cata. Todos ellos provienen directamente de las bodegas o de distribuidores autorizados, lo que nos permite garantizar su origen y trazabilidad, y, una vez llegan a nuestras manos, les procuramos el mejor cuidado posible.

Nuestros establecimientos disponen de un sistema que nos permite regular la temperatura, la humedad e incluso la iluminación. Las botellas se encuentran a una temperatura constante de 19 °C, con un 70% de humedad y un riguroso control de la luz. Incluso el mobiliario, diseñado para que las botellas puedan colocarse tumbadas, ha tenido en cuenta la conservación del vino. 

Aquellos que, por su antigüedad o delicadeza, precisan unos cuidados aún más exhaustivos, descansan en Cavas climatizadas. 

Todos estos cuidados continúan en nuestro almacén. Para ello, contamos con un aliado de excepción, SEUR, que pone a nuestra disposición una cámara de 1.500 m3 con las condiciones de conservación necesarias en su centro logístico en Illescas. Es aquí donde guardamos las botellas para nuestros clientes y tiendas. 

Cada día, recibimos las peticiones de nuestros clientes y las preparamos en embalaje de seguridad homologado, especialmente concebido para el transporte de botellas, y les ponemos su correspondiente etiqueta, para que lleguen debidamente a su destinatario al día siguiente. 

Si deseas una presentación más especial, disponemos de estuches de madera con espacio de una a seis botellas. Puedes dar un toque más personal a tu pedido añadiendo un mensaje durante el proceso de compra.

Para disfrutar de tus vinos favoritos no tienes que cargar con ellos, ¡nosotros nos ocupamos! Las furgonetas de SEUR recogen los paquetes a primera hora, cuando las temperaturas son más suaves, y los entregan en la dirección que indiques y en perfecto estado. 

Todo este esmero en cada etapa del proceso es uno de los motivos principales por los que nuestros clientes confían en nosotros para la selección, cuidado y entrega de sus vinos.