Implicado desde los años 70 en la casa familiar, Anselme Sélosse es una de las figuras más importantes del viñedo francés por su acercamiento al universo del vino. Su estilo de trabajo es a la borgoñesa, vinificando por separado y vendimiando cada parcela por separado. Este champagne puede llegar a sorprender a los neófitos por su intensidad y mineralidad pero a los amantes del champagne, Jacques Sélosse es un referente esencial.
Jacques Sélosse se crea al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1949 se casa con Gisèle, hija de un jornalero que trabajaba para Pommery. Decidieron adquirir un viñedo y fue en 1959 cuando realizan su primera vinificación. En 1974 el hijo de Jacques, Anselme y su esposa Corinne, se hacen cargo de la bodega y es a partir de este momento cuando empieza a ser reconocida. Anselme estudia enología en Beaune y sus experiencias en Borgoña influyen claramente en su idea del vino, hasta convertirle en el vigneron más original y personal de Champagne.
Parte de las 6,6 hectáreas de Chardonnay, están situadas sobre todo en Avize, aunque también hay parcelas en Cramant, Le Mesnil, Aÿ, Ambonnay, Mareuil sur Aÿ y Oger. También tiene 0,9 hectáreas de Pinot Noir, situadas en Aÿ. Todos sus viñedos son Grand Cru. En total dispone de 8.500 cepas de Pinot Noir y 65.000 de Chardonnay, plantadas en 47 parcelas.
El trabajo en el campo es ecológico. La poda es muy corta, buscando rendimientos mucho más bajos de lo habitual en la Champagne. La vendimia se hace en función del color de las pepitas y de los perfumes de la piel de la uva. Son estos dos parámetros los que llevan a Anselme a determinar que las uvas están ya maduras.
Los champagnes de Jacques Sélosse son diferentes a los demás, se parecen más un vino de Borgoña con carbónico que un Champagne. Oxidativo, con cuerpo, con más presencia en boca, menos ligero, intenso, personal, único. La producción es muy limitada y la demanda muy alta.
