Constantina Sotelo

Descubre su proyecto en Galicia

Constantina Sotelo es una pequeña viticultora de las Rías Baixas que elabora albariños singulares en Castrelo (Cambados), una pequeña aldea del valle del Salnés. Con el deseo de descubrir la singularidad de sus viñedos a las puertas de la ría de Arousa y evitar cualquier elemento que distorsione la expresión de la tierra y la variedad, todas las labores son manuales. Todo es pequeño y sencillo en su microbodega, situada en un garaje adaptado para una producción sostenible y limitada, un lugar donde reinan la honestidad y la mínima intervención.

ENTREVISTA A CONSTANTINA SOTELO - MARZO 2023

¿Cómo nace tu pasión por el vino?

Cuando yo nací el vino ya estaba en mi casa, por lo que mi pasión por el vino nace desde que tengo uso de razón. Soy hija de labregos, que elaboraban vinos cosecheros tanto para consumo propio como para la venta a diversas familias, a las que elaborábamos vinos en nuestras barricas de castaño.

 

¿Qué te lleva a poner en marcha Constantina Sotelo?

El proyecto que nace en 1999 no es más que una continuación de lo que habíamos hecho mi familia y yo hasta entonces, impulsado por diversos factores que acontecieron próximos en el tiempo. Quizás el más fundamental fueron mis ganas de emprender y poner ese granito de arena para dar a conocer a todo el mundo los vinos que elaboraba mi familia.

 

¿Cuál era tu experiencia previa?

Cuando lancé este proyecto ya tenía 37 años y en nuestra casa siempre se elaboró vino, tinto y blanco, tanto para nuestro consumo propio como para otras personas que tenían su barrica en nuestra bodega y nos compraban parte de la cosecha. Tengo el recuerdo de que cada vez que se embotellaba era un momento de mucha alegría y fiesta, porque pasábamos todo el día embotellando a mano y se organizaba una gran comida. De niños jugábamos entre las barricas y de mayores veíamos a nuestros hijos jugar en la bodega de la misma forma que en nuestra infancia. Por lo que os podéis imaginar, he vivido muy intensamente cada cosecha desde que tengo uso de razón. Como decía, soy hija de labregos, por lo que crecí en el campo, en una aldea y no voy a mentir: también ha sido duro, he trabajado y sudado mucho de sol a sol sobre la tierra durante mi vida. Pero este contacto directo con la naturaleza, unido a las curiosidades que despiertan en una niña, me ha permitido conectar con la tierra y aprender muchas lecciones que, sumado a la experiencia y conocimiento que me han cedido mis antepasados, me han permitido aprender leyes de la naturaleza y del universo que no estaban y no están escritas en ningún libro, comenzando así mi historia de amor por el mundo del vino.

 

El sello principal de mis vinos es que son totalmente independientes de cualquier influencia o movimiento; es más, me atrevo a decir, incluso, que son independientes del resultado final que tengan en el mercado.

Cuéntanos un poco más sobre la bodega: su historia, su paisaje…

Cuando lancé el proyecto lo hice en la bodega original de una casa antigua de piedra tradicional de Galicia que reconstruí, donde ya se había elaborado vino durante muchísimas generaciones. He seguido utilizando barricas usadas de madera de castaño y poco a poco he ido añadiendo más materiales, texturas y formas donde reposen nuestros vinos, como huevos de hormigón, ánforas de terracota y de gres, así como recipientes de cristal.

El paisaje del entorno de nuestra bodega, que se encuentra en el valle del Salnés, es quizás un lugar para inspirarse: cada día que trabajo observo cómo los viñedos se difuminan con el mar y, en días de viento, incluso puedes apreciar cómo el movimiento de los viñedos se funde con las olas del mar.

 

¿Cuál es el ‘sello Constantina Sotelo’ en vuestros vinos?

El sello principal de mis vinos es que son totalmente independientes de cualquier influencia o movimiento; es más, me atrevo a decir, incluso, que son independientes del resultado final que tengan en el mercado. Hoy elaboro más de 22 vinos. Podría quedarme con 5 o 6 de ellos, pero, como ya sabéis, tengo la necesidad creativa de hacer nuevos vinos y establecer nuevas cosas que quizás no sean perfectas, pero lo único que busco es que cada botella se convierta en una obra única e irrepetible.

Háblanos de uno de vuestros vinos.

Dama Xoana Blanco está elaborado con la variedad albariño procedente de nuestros viñedos familiares sobre suelos de granito descompuesto y que como todos nuestros viñedos se encuentran al lado del mar. Su elaboración comienza con el prensado directo y fermentación de forma espontánea y con sus propias levaduras en damajuanas de cristal de 54 litros donde pasa su crianza. Realizamos batonages cada 14 días en luna menguante hasta el mes de mayo, cuando se deja reposar hasta su embotellado y, en todo este proceso, no se interviene absolutamente nada en el vino.

 

¿Qué es lo que más te gusta del mundo del vino?

Realmente, no sé qué parte del mundo del vino me gusta más. Lo que si sé es que el vino no es solo nuestra forma de vida, si no que es nuestra manera de vivir.

 

Una lección valiosa que hayas aprendido en el mundo del vino.

Dejar que el vino sea el único que marque su propio tiempo.

 

Un personaje del mundo del vino que te inspire.

Mi madre, Sara Ares, es una de las personas que más me han inspirado en el mundo el vino. Lo que sí os puedo decir es que en mi casa el vino ha sido siempre un mundo de mujeres.

 

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