Conoce a fondo esta variedad y los vinos elaborados con ella

La tempranillo es la variedad española por excelencia y la más conocida fuera de sus fronteras. La superficie de viñedo plantado (unas 200.000 hectáreas) la convierte en la uva tinta más importante de España. Es posible encontrarla prácticamente en cualquier rincón del país y está presente en 28 denominaciones de origen españolas, en 12 de ellas con carácter principal o preferente.

Descubre sus características y su perfil único.

 

 

 

¿Qué es el vino tempranillo?

 

 

El vino tempranillo es el elaborado con la variedad tinta tempranillo. Podemos encontrar vinos hechos únicamente con esta variedad o con algún porcentaje de otras uvas, que variarán según la zona. Para etiquetar un vino como tempranillo, debe contener al menos un 85% de esta uva.

 

Características de la uva tempranillo

 

 

La tempranillo es una variedad de cepa vigorosa y de maduración temprana (de ahí su nombre), que crece en racimos grandes y compactos, con los hombros marcados. Sus bayas son esféricas, de tamaño medio y color negro azulado, muy oscuras, con la piel gruesa y la pulpa incolora.

Es fértil y productiva, sensible a plagas y enfermedades, poco resistente a la sequía y a temperaturas demasiado elevadas.

Considerada una variedad con baja acidez y bajo contenido en azúcar, ha encontrado en el clima continental las condiciones necesarias para dar lo mejor de sí: el calor durante el día le aporta color y grado, mientras que las noches frescas le permiten mantener su acidez. Suele favorecerle cierta altitud, donde desarrolla mayor acidez.

Enológicamente, es una variedad muy versátil, susceptible de todo tipo de elaboraciones, no solo tintos, sino también rosados, desde jóvenes vinos cosecheros hasta grandes reservas. Se puede destinar a largas crianzas y es capaz de producir vinos muy equilibrados en grado alcohólico, color y acidez, y con un paladar franco, suave y afrutado, que evoluciona a aterciopelado cuando envejece.

¿Qué caracteriza a los vinos de tempranillo? Partiendo de las diferencias en función del terruño y del proceso de elaboración, los vinos de tempranillo presentan un color violáceo cuando son jóvenes, que deriva hacia tonos teja tras un envejecimiento prolongado en madera. En su juventud suelen ofrecer aromas de frutos rojos y, con la crianza, revelan notas especiadas, torrefactos, regaliz, cuero, tabaco… En boca, su perfil frutal y floral evoluciona hacia gustos elegantes, caracterizados por un buen equilibrio entre acidez, azúcares y alcohol. Sus taninos, discretos, resultan finos y suaves tras la maduración en barrica, que también dota estructura. En definitiva, son vinos de cuerpo medio y fáciles de beber, finos, amables y sedosos.

 

La tempranillo blanco

 

 

Si bien la tempranillo es una uva tinta, tiene una ‘versión’ blanca. La tempranillo blanco procede de una mutación genética natural a partir de un solo sarmiento de una cepa de tempranillo tinto, localizada en 1988 en un viñedo viejo de Murillo de Río Leza, en La Rioja.

La reorganización de algunos fragmentos cromosómicos provocó la pérdida de información genética que incluye genes necesarios para que el hollejo de la uva acumule los pigmentos antociánicos responsables de su color.

La tempranillo blanco tiene un racimo de tamaño mediano y suelto, con la baya mediana y ligeramente aplastada. La brotación es tardía, el envero y la maduración precoces y la acidez total se mantiene elevada.

Sus vinos son de color amarillo verdoso, con aromas afrutados (plátano, cítricos y frutas tropicales), también floral y terpénico. Su paladar es equilibrado, con estructura y persistencia media-larga.

 

Bodegas Contador, viñedo de tempranillo en La Rioja.

 

El vino de tempranillo en España

La tempranillo se considera originaria del norte de España y su cultivo se encuentra extendido por prácticamente todo el país. Según su adaptación al territorio, adopta distintos nombres: tinto fino o tinta del país en Ribera del Duero, tinta de Toro en Toro, cencibel en Aragón o Castilla-La Mancha, ull de llebre en Cataluña, araúxa en Galicia o, ya fuera de España, tinta roriz o aragonés en Portugal y valdepeñas en California.

Según la clasificación de las variedades de vid que aparece en el Real Decreto 1472/2000, de 4 de agosto, por el que se regula el potencial de producción vitícola, la tempranillo tinto figura como variedad recomendada en País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón (cencibel), Cataluña (ull de liebre), Castilla y León (tinto fino, tinto del país), Madrid (cencibel, tinto fino), Castilla-La Mancha (cencibel, jacivera), Comunidad Valenciana (tinto fino) y Murcia (cencibel).

También figura como autorizada en Galicia, Baleares, Andalucía y Canarias. Si hablamos de denominaciones de origen, después de Rioja y Ribera del Duero, es muy frecuente en Navarra, Penedés, Cariñena, Valdepeñas, Campo de Borja, Madrid, Catalayud, Almansa y Jumilla.

Según dónde se elabore, se ensamblará con distintas variedades de la zona: en Rioja, garnacha, graciano o mazuelo; en Ribera del Duero, cabernet sauvignon, merlot…

 

La tempranillo en otros países

Aunque España es el mayor productor, la tempranillo tiene presencia en otros países, como Portugal, donde se conoce como tinta roriz, siendo uva habitual para elaborar los famosos vinos de Oporto y vinos de mesa del Douro. También podemos encontrarla en Francia, Líbano, EEUU (California, Oregón, Washington), México, Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica.

Ahora solo te queda comprobar cómo se comporta en cada territorio. Nuestros sumilleres pueden ayudarte a encontrar el vino de tempranillo más adecuado en función de lo que quieras descubrir: país o región de elaboración, la forma en que se ha elaborado, su estancia en distintos tipos de depósitos (cemento u hormigón, acero inoxidable, madera… También podrás apreciar diferencias entre los distintos tipos de barrica: roble francés, americano, del Cáucaso…). Esperamos que los disfrutes y que reconozcas todos los matices de los que hemos hablado.

 

©2024 Lavinia. Todos los derechos reservados.