Miguel Merino, Viñas Jóvenes 2020

Las viñas no son eternas. Para tener viñas viejas en el futuro desde bodega decidieron plantar en 2001 una viña en la parte sureste de Briones, en una ladera de suelos arcillo-calcáreos conocida como El Rincón. Además, trabajan otros tres pequeños viñedos de la misma edad, también plantados en Briones. Hasta que estas cepas alcancen una edad idónea para formar parte de los reservas, con sus uvas elaboraran este Viñas Jóvenes.

El Rincón está plantado con Tempranillo en su mayor parte, conducido en espaldera. Además, en la parte de mayor exposición cuentan con una parcela de Graciano. De las otras tres viñas, dos son de Tempranillo y una de Garnacha. 2020 fue una añada complicada. Aun así, las lluvias sentaron bien a las cepas y la uva entró sanísima, con buena concentración, grados alcohólicos muy contenidos, acideces un poco bajas y nada de verdores. Reposo de 12 meses en barricas de segundo uso, que previamente contuvieron el Reserva, hechas con duelas de roble americano y tapas de roble francés. 90% de Tempranillo y un 10% de Graciano.

Tras una larga trayectoria en la exportación de vinos, Miguel Merino compra y restaura una vieja casona en Briones (Rioja Alta) para hacer realidad su sueño de tener una pequeña bodega en la que elaborar unas pocas botellas del mejor vino posible. Decidido a recuperar el estilo de aquellos reservas y grandes reservas que dieron reputación mundial a Rioja, centró su proyecto en solo dos vinos. En 2017, su hijo Miguel y Erika Du Baele, su mujer, se unen de pleno al proyecto y toman las riendas de la viticultura y la elaboración de los vinos. Trabajan 14 hectáreas divididas en 29 parcelas, que cultivan sin herbicidas ni pesticidas. Sus vinos se dividen en dos gamas diferenciadas: una que sigue el estilo más clásico de la región –y con la que comenzó el proyecto– y una nueva línea centrada en el terroir y en respetar y destacar la personalidad y características de sus viñedos más especiales.