Viña las Niñas
En 1996 Bernard Dauré embarca a sus amigos Jean Pierre Cayard y Claude Florensa en un proyecto loco, un dominio en tierras australes, en Chile. Las mujeres de las tres familias (Madres e hijas) se enamoran del terreno de Apalta en el valle de Colchagua a solo dos horas del Sur de Santiago de Chile y así nace en honor a ellas, Viña las Niñas.
Viña Las Niñas posee hoy 36 hectáreas plantadas en el corazón de Apalta. Cabernet Sauvignon, Carménère, Syrah, Mourvèdre, Merlot y Chardonnay son las variedades que decidieron plantar ya que son las que mejor crecen y se expresan en este Terruño.
Las Niñas están cada día mas arraigadas en Apalta y desafían la modernidad en los vinos nacidos de esta tierra. La producción ecológica es un deber, el equilibrio, una búsqueda continua en cada añada. La frescura de sus vinos es un testigo de juventud eterna. Iniciaron la producción de los primeros vinos orgánicos en el 2013, y desde el 2017 toda su producción cuenta con certificación orgánica Ecocert.
El terreno de Apalta, «temblor» en dialecto indígena, es un pequeño valle en forma de herradura que está abrigada al Norte, al Este y al Oeste por colinas que culminan a 600 metros. Este valle se beneficia del viento entre el Pacífico y las Cordilleras de los Andes. El río Tinguiririca forma la frontera sur de Apalta y regula las temperaturas. También trae el agua necesaria para el riego. El suelo es de arcilla arenosa que se mezcla con rocas volcánicas. Las temperaturas registradas en verano llegan a los 12°C - 35°C.
Apalta es hoy una de las regiones vitivinícolas más reconocidas, prestigiosas y premiadas del mundo y desde el 2018 es legalmente reconocida como una Denominación de Origen.
Viña Las Niñas posee hoy 36 hectáreas plantadas en el corazón de Apalta. Cabernet Sauvignon, Carménère, Syrah, Mourvèdre, Merlot y Chardonnay son las variedades que decidieron plantar ya que son las que mejor crecen y se expresan en este Terruño.
Las Niñas están cada día mas arraigadas en Apalta y desafían la modernidad en los vinos nacidos de esta tierra. La producción ecológica es un deber, el equilibrio, una búsqueda continua en cada añada. La frescura de sus vinos es un testigo de juventud eterna. Iniciaron la producción de los primeros vinos orgánicos en el 2013, y desde el 2017 toda su producción cuenta con certificación orgánica Ecocert.
El terreno de Apalta, «temblor» en dialecto indígena, es un pequeño valle en forma de herradura que está abrigada al Norte, al Este y al Oeste por colinas que culminan a 600 metros. Este valle se beneficia del viento entre el Pacífico y las Cordilleras de los Andes. El río Tinguiririca forma la frontera sur de Apalta y regula las temperaturas. También trae el agua necesaria para el riego. El suelo es de arcilla arenosa que se mezcla con rocas volcánicas. Las temperaturas registradas en verano llegan a los 12°C - 35°C.
Apalta es hoy una de las regiones vitivinícolas más reconocidas, prestigiosas y premiadas del mundo y desde el 2018 es legalmente reconocida como una Denominación de Origen.
