VIK
Viña Vik es el sueño de Alexander Vik, un noruego con negocios en todo el mundo, coleccionista de obras de arte, dueño de una galería en Manhattan y de un grupo hotelero que lleva su nombre. Dicen que le faltaba un sitio donde poder plasmar todo aquello que le apasiona a él y a su esposa Carrie, sumado a la gran afición que ambos sienten por el vino.
Así, asesorados por el enólogo y consultor franco-chileno Patrick Valette, decidieron comprar en 2006 la finca donde hoy tienen más de 400 hectáreas plantadas con Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Syrah y Carménère, un lujoso hotel de 5 estrellas con spa, una bodega impresionante diseñada por el arquitecto Smiljan Radic y un huerto que produce las verduras, hierbas y frutas que se consumen en el restaurante.
La viña fue proyectada para tener un impacto mínimo sobre el paisaje y se creó un techo transparente que permite que la luz natural penetre en ella sin necesidad de recurrir a la iluminación artificial. Estuvieron más de un año estudiando la climatología y el terreno, practicando una media de cuatro calicatas por hectárea para analizar las propiedades detalladas del terroir y determinar las mejores cepas y portainjertos que se utilizarían para plantar las vides.
Cristián Vallejo, Chief Winemaker de Viña Vik, aterrizó en el proyecto en 2007 y desde entonces es el responsable de todo el proceso que desemboca en cada botella que sale de la bodega, desde la parte agrícola a la creación de mezclas únicas que cada año son el sello propio de Viña Vik. La bodega produce solo un tipo de vino con esa marca en cada añada, un vino que hoy está cosechando elogios y premios por todo el mundo y que es, sin duda, uno de los mejores producidos en Chile actualmente.
Así, asesorados por el enólogo y consultor franco-chileno Patrick Valette, decidieron comprar en 2006 la finca donde hoy tienen más de 400 hectáreas plantadas con Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Syrah y Carménère, un lujoso hotel de 5 estrellas con spa, una bodega impresionante diseñada por el arquitecto Smiljan Radic y un huerto que produce las verduras, hierbas y frutas que se consumen en el restaurante.
La viña fue proyectada para tener un impacto mínimo sobre el paisaje y se creó un techo transparente que permite que la luz natural penetre en ella sin necesidad de recurrir a la iluminación artificial. Estuvieron más de un año estudiando la climatología y el terreno, practicando una media de cuatro calicatas por hectárea para analizar las propiedades detalladas del terroir y determinar las mejores cepas y portainjertos que se utilizarían para plantar las vides.
Cristián Vallejo, Chief Winemaker de Viña Vik, aterrizó en el proyecto en 2007 y desde entonces es el responsable de todo el proceso que desemboca en cada botella que sale de la bodega, desde la parte agrícola a la creación de mezclas únicas que cada año son el sello propio de Viña Vik. La bodega produce solo un tipo de vino con esa marca en cada añada, un vino que hoy está cosechando elogios y premios por todo el mundo y que es, sin duda, uno de los mejores producidos en Chile actualmente.
