Afincada en el término municipal de Toro, Matarredonda se fundó en el año 2001, aunque la historia se remonta a 1998, cuando los propietarios se enamoraron de unos viñedos de la zona de El Pego (Zamora).
Desde el primer instante supieron lo que querían: una pequeña producción, elaboración artesanal y un cuidado exhaustivo y mimado para conseguir un gran vino.
Poseen 20 hectáreas de viñedo propio distribuidas en los pagos de Salgadero, Matarredonda y Matalobas. Son viñedos centenarios de tinta de Toro, prefiloxéricos y autóctonos, adaptados perfectamente al clima de la zona y ubicados en un punto de elevada altitud (700 metros de media).
Esta altitud, sumada a los terrenos arenosos con canto rodado, hacen que las temperaturas sean más frescas que en el resto de las zonas y los cambios del día a la noche sean mayores.
Cuentan con una sala de fermentación, una sala de barricas con más de 100 barricas de roble francés para la crianza de los vinos y una sala de catas con restaurante.