Magna Vides

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  • País
    España
  • Región
    Castilla y León
  • Extensión del dominio
    17,4 ha
  • Producción total
    n/a
  • Año de creación
    1999
Magna Vides

Pablo Arranz y Andrea Sanz deciden empezar una vida en el campo, cuidar el viñedo de sus antepasados y elaborar un gran vino, coherente con su forma de ver la vida. Magna Vides comienza a andar y tomar forma en 2005 en La Aguilera (Burgos), un terruño privilegiado de la Ribera del Duero, con grandes cepas viejas –de aquí el nombre, magna vides–, sobre suelos variados, con arenas, canto rodado, arcilla suave y caliza en la superficie y fondos arcillosos y calcáreos.

Cultivan en ecológico, con pocos tratamientos en la viña. El trabajo en bodega es igualmente cuidadoso, con sensibilidad y el mayor respeto al fruto. Su objetivo, ofrecer la interpretación más natural y sincera del trabajo que hacen en la viña y lo que ella expresa: unos vinos ágiles y vivos, reales y auténticos.

Los viñedos de Magna Vides se asientan en un suelo arenoso en una ladera norte. Cepas grandes, magnas vides como pequeños árboles, divisando la cuenca del río Gromejón. Los suelos de estos pueblos son variados, no es común tener una parcela uniforme. Los fondos son arcillosos y calcáreos, lo que mantiene un frescor en el suelo y en las plantas de forma natural. Las superficies son arenas, canto rodado, arcilla suave y caliza.

En Magna Vides han adquirido una hacienda a lo largo de los muchos términos del pueblo de La Aguilera, en la Ribera del Duero Burgalesa. Poco más de 11 hectáreas de viñas viejas en los parajes llamados El Sardal, El Hoyo de la Abuela, Sotillejo, La Fuente del Pez, Las Matillas, Majadas Verdes y Las Peñas. Todas las parcelas en este pueblo tienen una edad de entre 70 y 110 años. A estas les siguen una serie de parcelas que han ido plantando poco a poco. Las llaman La Carrancha, El Sardal del nogal, El Carrascal y La Andalesa, con un total de 6,4 hectáreas. Estas parcelas son una selección de madera de sus mejores cepas viejas, las más equilibradas, con los racimos más pequeños y sueltos, sacadas de los suelos más pobres.

Bajo una viticultura ecológica, cuidan un viñedo con formación tradicional en vaso. Una poda en seco minuciosa, limpia, comprendiendo a la planta y sus necesidades. Poda en verde detallada. Deshojados, aclareos y desnietados a lo largo del verano, buscando la ventilación en el interior de la cepa, la aireación de racimos, y la calidad de la fruta. Intervienen lo menos posible en cuanto a tratamientos, buscando el equilibrio entre hongos e insectos, con el fin de potenciar la más variada fauna, flora y hongos; una biodiversidad abundante para que se regule a sí misma.

Con especial atención a la Tinta fina o Tempranillo, cultiva otras variedades interesantes y aclimatadas como la Albillo Mayor, Bobal, Garnacha Blanca, Garnacha Tintorera, Garnacha común, Pirulesa, Alarije, y al menos hasta tres variedades que están a la espera de identificar.

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