Desde un insulso e impersonal edificio frente a la montaña de Hermitage, Gérard y Jean-Louis Chave (padre e hijo, respectivamente), producen algunos de los mejores vinos del mundo; con una humildad asombrosa te dan a catar su Hermitage Tinto y Blanco, sin duda los más altos exponentes en cada una de sus categorías de los vinos de Hermitage.
La experiencia de Gérard y Jean-Louis no es sólo la suya, sino también la sabiduría acumulada de sus antepasados, transmitida de generación en generación desde que Chaves comenzó a elaborar Hermitage en 1481, continuando una dinastía de cinco siglos de extraordinaria calidad y pura expresión del gran terruño que no tiene parangón.
Sus vinos tienen pocos secretos; en primer lugar, rendimientos bajos, esperar hasta la madurez fisiológica de las uvas, y dejarse hacer al vino de la forma más natural. Nada de procesar ni filtrar el vino. Cada parcela se vinifica y se cría por separado, siendo ensamblado finalmente el vino desde cero cada año. Los Chave son expertos ensambladores y catadores, y sus "cuvées" son diferentes cada año, procediendo a vendes las partidas que no les gustan para participar en el vino final cada año.
La clave del equilibrio perfecto de Chave Hermitage, ya sea tinto o blanco, está en la notable habilidad de Gérard y Jean-Louis para el ensamblaje, un proceso que comienza de nuevo con cada cosecha. Al igual que Jamet y Clape, los Chaves ensamblan sus cuvées de añada a partir de su experta gama de lugares, cada uno con su propio carácter, para crear mezclas singulares de gran matiz, armonía, profundidad y potencial de envejecimiento.
Aunque los componentes y sus porcentajes son diferentes cada año, la única constante en el Hermitage Tinto es el Syrah de Bessards, que proporciona la columna vertebral de la cuvée con la fruta de su empinada ladera de granito. Del mismo modo, la base del heroico Hermitage Blanc de Chave es la parcela de viñas centenarias de Marsanne de su monopolo Péléat, que proporciona una fruta rica e intensa sin pesadez. Actualmente dispone de 14 hectáreas de viñedos, de los más grandes del Cerro del Hermitage.
Además de sus vinos Hermitage de referencia, Chave elabora desde hace tiempo un hermoso St. Joseph tinto de estilo tradicional, procedente de sus viñedos en el centro histórico de la denominación.
