Domaine Arena
Antoine Arena es uno de los viticultores más respetados en Francia y sin duda el más conocido de la isla de Córcega. Él no sólo es famoso por los grandes vinos producidos en su finca, sino también por su modo de cultivar las viñas, libre de químicos. Los vinos de Arena son completamente originales y son de la más alta calidad que se podría esperar. Son muy raros y tenemos la suerte de tenerlos.
El viñedo corso está produciendo en los últimos años vinos de gran calidad bajo el impulso de una nueva generación de viticultores que buscan la expresión de terruños y variedades de gran personalidad. Antoine Arena es un pionero en esta búsqueda, apoyado en una viticultura exigente. Sus vinos de Patrimonio presentan un magnífico potencial y un excitante descubrimiento para los amantes de los vinos con carácter.
Desde el comienzo, Antoine y su esposa Marie trabajaron incansablemente para dar a conocer Patrimonio al gran público francés, y lo consiguieron con bastante éxito. Ellos trajeron la fama y el respeto a la denominación y se reconocen casi unánimemente como lo mejor que hay en la isla. En París, por ejemplo, Arena es una leyenda viva y su presencia en una cata siempre garantiza un aforo completo. En la actualidad está acompañado por sus dos hijos, Antoine-Marie y Jean-Baptiste que comparten su espíritu y siguen trabajando la tierra y elaborando el vino de la forma más natural.
El viñedo corso está produciendo en los últimos años vinos de gran calidad bajo el impulso de una nueva generación de viticultores que buscan la expresión de terruños y variedades de gran personalidad. Antoine Arena es un pionero en esta búsqueda, apoyado en una viticultura exigente. Sus vinos de Patrimonio presentan un magnífico potencial y un excitante descubrimiento para los amantes de los vinos con carácter.
Desde el comienzo, Antoine y su esposa Marie trabajaron incansablemente para dar a conocer Patrimonio al gran público francés, y lo consiguieron con bastante éxito. Ellos trajeron la fama y el respeto a la denominación y se reconocen casi unánimemente como lo mejor que hay en la isla. En París, por ejemplo, Arena es una leyenda viva y su presencia en una cata siempre garantiza un aforo completo. En la actualidad está acompañado por sus dos hijos, Antoine-Marie y Jean-Baptiste que comparten su espíritu y siguen trabajando la tierra y elaborando el vino de la forma más natural.
