Castell Sant Antoni
En 1963, Ramón Casals decidió construir, en la parte trasera de su casa, pequeñas cavas. Su objetivo no era otro que contribuir a la economía familiar, complementando su actividad principal: la manufactura de cestas de mimbre como las que empleaban tradicionalmente los viticultores de la zona para las vendimias. Quizás sin saberlo, Casals estaba sentando las bases de lo que algunos años más tarde se convertiría en Castell de Sant Antoni, una bodega pequeña que siempre ha sido fiel a los principios de los cavas tradicionales: espumosos frescos, fragantes y versátiles a la hora de llevarlos a la mesa. Actualmente, la firma cuenta con viñedos propios en la finca familiar El Sot, en Costers de l'Ordal, a 4 km de Sant Sadurní d'Anoia, villa donde se sitúa la bodega donde maduran pacientemente los cavas de Castell Sant Antoni.
