Bodegas Altanza, ubicada en Fuenmayor (Rioja Alta), nació en octubre de 1998 por un grupo de empresarios con un claro principio fundador: elaborar vinos de calidad, de un estilo más “vivaz” que el clásico Rioja de antaño. La larga tradición vitivinícola y enológica de la región era motivo de orgullo y debía respetarse en su esencia, siguiendo un equilibrio entre tradición y tecnología.
La tradición no solo se refleja en la belleza del edificio central y sus jardines, sino también en la elección de su varietal, el tempranillo, y en ciertos elementos del proceso de vinificación, como las prensas hidráulicas verticales o los tinos de 22.000 litros de capacidad hechos con el roble que proviene de los bosques centenarios de “Allier”, en Francia. Además, cabe señalar que la mayor parte de sus 7.500 barricas son de roble francés.
La tecnología se refleja principalmente en el interior de la bodega con los últimos tecnologías sistemas de elaboración y climatización, contando también con su propio laboratorio.
La finca ocupa 300 hectáreas, dentro de las cuales se encuentran 200 de Tempranillo y 7 de Sauvignon blanc, que conviven con otras 60 hectáreas de olivar. El resto se compra a agricultores de confianza, a los que se les dirige técnicamente en los procesos de viticultura durante todo el año.
Muchos de los vinos de Altanza han superado los 90 puntos Parker. Entre ellos, algunos de los pertenecientes a la gama de Artistas Españoles y su reserva Club Lealtanza, que en la añada 2005 obtuvo 95 puntos, situándose así entre los tintos de Rioja mejor puntuados.
