

El vino orange o vino naranja es una de esas categorías que ha despertado la curiosidad de los aficionados y los profesionales del vino. Su método de elaboración, que se asemeja más al de un vino tinto que al de un blanco, le confiere una singular complejidad en términos de color, textura y sabor, ofreciendo múltiples estilos y posibilidades de maridaje. Los vinos naranjas han ganado popularidad en los últimos años, sin embargo su origen se remonta a miles de años atrás. En este artículo, exploraremos qué los hace tan especiales, cómo se producen y por qué han captado la atención de profesionales y amantes del vino en todo el mundo.
¿Qué es el vino orange y en qué se diferencia de otros vinos?
El vino orange, también conocido como vino naranja, es un vino blanco elaborado con una técnica similar a la del vino tinto. El mosto fermenta en contacto con las pieles de la uva (hollejos), lo que le confiere un color más intenso, mayor cuerpo, estructura, taninos y un perfil aromático más complejo.
En España, estos vinos se conocen tradicionalmente como vino brisado (o vi brisat) en el Mediterráneo y como vino encascado en la zona de La Mancha. El término vino naranja, del inglés orange wine, comenzó a usarse a principios de los dosmiles, pero su elaboración es tan antigua como la del propio vino.
Un vino blanco con alma de tinto
Si en la elaboración de vino blanco los hollejos se separan rápidamente del mosto, en el vino naranja estos permanecen en contacto con el líquido durante la fermentación. Este proceso enriquece el vino con compuestos fenólicos como flavonoides, terpenos y taninos, además de levaduras autóctonas que aportan mayor expresión aromática y complejidad.
El resultado es un vino blanco con la estructura y textura de un tinto, caracterizado por su riqueza aromática, cuerpo y persistencia en boca.
¿Cómo se diferencia el vino naranja de otros vinos?
Los vinos naranjas no son una tipología oficial ni son susceptibles de una mención expresa en el etiquetado, por lo que en ocasiones no es fácil distinguir con certeza un blanco ligeramente macerado de un vino orange.
A rasgos generales, el vino blanco se elabora con uvas blancas, pero los hollejos se separan rápidamente del mosto, mientras que el vino naranja permanece en contacto con las pieles. En cuanto al vino rosado y el vino tinto, ambos fermentan con las pieles, como el vino naranja, pero con uvas tintas. En el caso de los rosados, el contacto es más breve que el del tinto.
¡Importante! No confundir con el vino de naranja. Este es un vino aromatizado con cáscara de naranja macerada en alcohol vínico con el que se fortifica el vino, común en regiones como Huelva (donde cuenta con su propia DO) y Málaga.
¿De dónde proviene el vino orange?
Origen e historia del vino naranja
El vino naranja se considera heredero de los vinos ámbar de Georgia, cuyos orígenes se remontan más de 6.000 años atrás. La elaboración de vino ámbar se caracteriza por la fermentación con las pieles y posterior crianza en kvevris, grandes ánforas de barro enterradas o semienterradas en el suelo, que mantienen una temperatura constante y protegen el vino de la oxidación.
Expansión y popularidad
La recuperación de esta técnica en Occidente comenzó en Italia a finales de los años 1990, gracias a productores como Josko Gravner en Friuli-Venezia Giulia, cerca de la frontera con Eslovenia. Desde entonces, su producción se ha expandido a países como Austria, Alemania, Francia, España, Hungría, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
El término vino naranja, traducción del inglés orange wine, fue acuñado en 2004 por el importador británico David Harvey. Harvey deseaba comercializar estos vinos, que acababa de descubrir en Italia y carecían en ese momento de una denominación específica, y escogió el nombre orange wine basándose en su peculiar color.
Regiones productoras más importantes
Entre las regiones productoras, destacan Georgia, considerada la cuna del vino orange, elaborado con técnicas ancestrales; Italia (especialmente Friuli-Venezia Giulia y Sicilia), Eslovenia y Austria, con productores emergentes influenciados por las técnicas italianas y georgianas, así como España y Francia.
En España, la producción de vino naranja llegó de la mano de productores de vinos naturales que rescataron la antigua tradición española de los vinos blancos brisados, que todavía se elaboran con este nombre en varias regiones del país, como la Terra Alta (Cataluña), Requena (Valencia) o San Martín de Valdeiglesias (Madrid).
¿Cómo se elabora el vino orange?
Variedades de uva más utilizadas
En principio, se puede hacer vino naranja con cualquier uva blanca. Algunas se consideran más adecuadas, como las variedades más resistentes y con pieles más gruesas (ribolla gialla, pinot gris o pinot grigio, garnacha gris, macabeo, chenin blanc…), así como las que tienen una alta concentración de azúcares y sustancias aromáticas (sauvignon blanc, malvasía, moscatel…). Las que crecen en terrenos montañosos, sobre todo en suelos ricos en minerales, aportan estructura e intensidad de sabor, y las cultivadas en zonas costeras reflejan un perfil más salino.
En España, las variedades más frecuentes son albariño, moscatel, airén, garnacha blanca, viura, parellada, malvasía, hondarrabi zuri y giró.
Fermentación con pieles de la uva
El vino naranja se diferencia del blanco convencional en que, tras el prensado de las uvas (con o sin despalillar), el mosto fermenta con los hollejos, lo que le aporta color, textura y taninos. El tiempo de maceración puede ir de 4 a 7 meses y determinará la intensidad del color y el perfil aromático.
Técnicas tradicionales vs. modernas
Muchos elaboradores siguen empleando en la actualidad los kvevris georgianos o ánforas de barro, pero también se apuesta por otro tipo de depósitos, como la madera (barricas grandes, pequeñas, nuevas, usadas…), el cemento o el acero inoxidable.
Características del vino orange
Las múltiples posibilidades que ofrece el vino naranja, desde las variedades de uva hasta las técnicas de produccion empleadas (tiempo de maceración, depósito...), hacen difícil establecer unas características fijas.
Color y apariencia
Dependiendo del tiempo de maceración y la variedad de uva, el color varía desde amarillo dorado hasta ámbar intenso e incluso cobrizo, si la uva de la que proviene ya tenía ese matiz, como ocurre con los orange de pinot gris o pinot grigio.
En cuanto a su aspecto, los vinos naranjas son a menudo vinos naturales y poco intervenidos, por lo que pueden presentar cierta turbidez debido a la ausencia de clarificado o filtrado antes de embotellarlos.
Aromas y sabores únicos
Color aparte, los vinos naranjas se distinguen por un perfil aromático más complejo. En nariz, la paleta aromática incluye fruta madura o confitada, cítricos, hierbas aromáticas, flores blancas, especias, frutos secos, panadería, tostados, ahumados, miel, hidrocarburos… Algo parecido sucede en la boca, donde encontraremos frescura, acidez, incluso un regusto amargoso ligeramente salino, así como mayor cuerpo, estructura (comparable, a veces, con un tinto ligero), untuosidad, volumen y una larga persistencia.
¿Por qué tiene más taninos que un vino blanco?
Los taninos son polifenoles presentes en las pieles de la uva (en mayor proporción en variedades de piel gruesa), las semillas (más duros y amargos) y los raspones (los tallos que unen las bayas con el racimo principal; si se incluyen en la fermentación, aportan aún más taninos) que se liberan durante la maceración prolongada del mosto con las pieles y pasan al vino (a mayor tiempo de contacto, mayor extracción).
En los blancos tradicionales, al separar las pieles antes de fermentar, casi no se extraen taninos. En cambio, la fermentación con las pieles de los vinos naranjas sí permite la extracción de estos compuestos, responsables de la sensación de astringencia en el vino, que actúan como antioxidantes naturales y aportan cuerpo, estructura y textura al vino.
Temperatura de servicio y maridaje
Se recomienda servir los vinos naranjas a una temperatura superior que los vinos blancos convencionales, a 10-14 °C, incluso 16 °C dependiendo del nivel de maceración y estructura, y servirlos en copa amplia, similar a un tinto. Los vinos naturales y no filtrados pueden beneficiarse asimismo de una ligera decantación.
Los vinos naranjas son un ejemplo de versatilidad en la mesa, pudiendo disfrutarse incluso con quesos curados, platos condimentados, carnes…
¿Por qué el vino naranja está de moda?
El vino naranja se ha puesto de moda por varios motivos: su método de elaboración ancestral, el auge de los vinos naturales o con menos intervención, su interés para consumidores preocupados por lo ecológico y lo artesanal, su versatilidad, su personalidad única que combina la frescura y acidez de un blanco con la textura y complejidad de un tinto... ¡incluso el aspecto novedoso de su inusual color! Definitivamente, orange is the new white.
Auge de los vinos naturales y de mínima intervención
El interés por las elaboraciones más naturales y artesanales y los vinos de mínima intervención va en aumento. Los vinos naranjas recuperan la tradición y, con ella, prácticas más sostenibles y con menor intervención: fermentaciones espontáneas con levaduras autóctonas, viticultura ecológica, el uso de ánforas en la crianza del vino… Estas maceraciones prolongadas crean mayor cantidad de sulfitos naturales, por lo que permiten reducir e incluso evitar la adición de conservantes o sulfitos artificiales, no agregar levaduras ni controlar la temperatura o la humedad, lo que acerca estos vinos a la cultura de los vinos naturales.
Los consumidores que buscan autenticidad han encontrado en los vinos naranjas una alternativa versátil y genuina.
Tendencia en gastronomía y sumillería
Gracias a su estructura y acidez, los vinos naranjas son un excelente compañero para platos especiados, fermentados, cocina asiática..., que son a su vez tendencia en gastronomía. Cada vez más restaurantes y vinotecas incluyen vinos naranjas en su oferta, reflejando su creciente demanda.
Con su historia milenaria, su singular proceso de elaboración y su versatilidad en la mesa, el vino naranja ha pasado de ser una rareza a convertirse en una tendencia en auge en el mundo del vino. Si buscas una experiencia vinícola diferente o un maridaje innovador, esta categoría te ofrece una alternativa versátil y llena de carácter. ¿Te apetece salir de lo convencional? Visita nuestra selección de vino naranja y descubre unos vinos que sorprenderán tu paladar y enriquecerán tus comidas. ¡Esperamos que los disfrutes! No te olvides de compartir con nosotros tu experiencia.