Pago de Carraovejas

José María Ruiz
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  • País
    España
  • Región
    Castilla y León
  • Extensión del dominio
    200 ha
  • Producción total
    800.000 botellas/año
  • Año de creación
    1987
Pago de Carraovejas

"Pago de Carraovejas representa la identidad de nuestro territorio. De alguna manera, condensa la vocación de acercarnos al terruño y expresar sus características. Nuestro deseo de embotellar cada paisaje. Esto es Carraovejas, nuestra finca, nuestro Pago."

Pago de Carraovejas es una de las bodegas más prestigiosas de la Ribera del Duero. Fue fundada en 1987 por José María Ruiz Benito y por un grupo de empresarios que iniciaron la plantación de 15 ha de viñedo propio en el pago más célebre de Peñafiel, el Pago de Carraovejas. Almudena Calvo es la enóloga y Emilio Arranz es el responsable de viticultura. En 1991 elaboran la primera cosecha y desde entonces ya son un referente en la zona.

Desde el año 2007, Pedro Ruiz Aragoneses –hijo de José María– dirige el grupo Alma Carraovejas al que ha dado un impulso importante sumando a Pago de Carraovejas su Restaurante Ambivium, la bodega Ossian Vides y Viñedos en 2013 –con un increíble patrimonio de viñedos centenarios de verdejo en Segovia–, Milsetentayseis en 2017 (también en Ribera del Duero) y Viña Meín-Emilio Rojo en Ribeiro.

En la actualidad, Pago de Carraovejas cuenta con casi 200 hectáreas de viñas propias. El viñedo se halla a una altitud media de 850 m, sobre una ladera perpendicular al río Duero que atraviesa la localidad de Este a Oeste. El terreno es suavemente ondulado, llano en el centro del valle; escarpado y abrupto conforme ascendemos. En la finca se cultivan tres variedades de vid: Tinto Fino (Tempranillo), Cabernet Sauvignon y Merlot con diferentes sistemas de cultivo: Doble Cordon Royat y eje vertical, con dos tipos de viticultura adaptadas a la orografía de la finca que se puede definir como viticultura tradicional en el valle y viticultura de montaña, en unos casos con pendientes superiores al 20% y en otros con un sistema de terrazas en las laderas con excesiva pendiente.

Para ello, y basándose en el concepto de la viticultura de precisión, se continúa en una permanente reestructuración y modernización de la finca. Se homogeneizan variedades en parcelas que consideran necesario, se cambian los patrones originarios por otros más aptos para el tipo de suelo, se reorientan las parcelas buscando mayor insolación, se usan sistemas de conducción en el viñedo con nuevas estructuras…, pero siempre con el objetivo final de mejorar la calidad y conseguir el equilibrio en el conjunto de las cosechas. Todos estos factores, sumados a los trabajos que a la sombra de los viñedos realiza toda la plantilla y tras una sigilosa y minuciosa elaboración de los vinos, definen el sello Pago de Carraovejas, la expresión que perdura en el recuerdo.

¿Cómo son los vinos de Pago de Carraovejas?

El viñedo de casi 200 ha, da como resultado final un vino singular, con personalidad propia y demandado en buena parte del mundo. Posee una garra y un carácter que obtiene y atesora a fuerza de cuidar y seleccionar las uvas procedentes de sus propios racimos que producirán unos aromas altamente expresivos, un color intenso, sabor carnoso, potente y exuberante en el que se manifiestan las características propias que le brindan cada una de sus variedades. Sabrosos, elegantes, dóciles y vigorosos a un mismo tiempo, estos vinos son capaces de transmitir profundas fragancias y paladares, una experiencia rica en matices que les hace perdurar en el recuerdo.

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